Siendo consecuente

Tengo deudas con este blog, y es que últimamente visito más los de otros que el mío propio. No es que me falten ideas, porque las tengo todas apuntadas (no me fío de mi mala cabeza), pero sí que me falta tiempo y me sobra vagancia. Prometo pasarme más por la Gruta.

Aprovecho hoy que estoy por aquí para hablar sobre el acontecimiento musical de la semana (con permiso de la confirmación de la presencia de Metallica en Rock in Rio): Enrique Bunbury estrena disco, Las consecuencias. ¿A qué no os he hablado nunca de él? Jajaja. Lo sé, a veces soy un poco cansina, pero es que cuando algo me gusta de verdad, no paro. Y yo que me paso el día escuchando música, pues ya os podéis imaginar.
A lo que iba. El disco no lleva aún una semana en la calle y yo me lo estoy escuchando incansablemente desde que salió. Y ya tengo una canción favoritísima: Ella me dijo que no. Razones: cómo suena y la historia que cuenta, que a mí por lo menos, me suena a experiencia vivida, y esa es una de las causas que generalmente hacen que una canción te enganche más que otra.

Señoras, señores, les dejo con una muestra de éste trabajo "de cámara".

Ondina - El alcohol

Esta canción me da muy buen rollo :)

Pa recogerme con espátula que estoy

Mi estado físico es lamentable. Hoy, tras un sprint (más largo de lo que había calculado; maldita miopía) para coger el autobús he llegado a la conclusión de que sólo se me podría clasificar en una forma: redonda. Si algún día amanezco abandonada en la selva y veo que se acercan fieras a devorarme, no correré, me comerán igual y no me habré cansado; Es más, seguro que son hienas (si los leones viven en las selvas, las hienas también ¿vale?) se reirán de mí al verme sin resuello. Temo ya no aguantar ni si quiera una noche de sexo desenfrenado y lujurioso.

Cierro con una frase apelativa a una web donde podría haberse publicado esto perfectamente: Asco de vida.