miércoles, 25 de noviembre de 2009
¿Hay algo que celebrar?
Hoy, para celebrarlo, comemos con la noticia de que hay una nueva víctima muerta a manos de su pareja.
Hoy recordamos a tantas mujeres que han dejado su nombre inscrito en un libro negro.
Si ponemos atención, la denominación dice "violencia de género", y no creo que esté elegido ese término al azar. Se habla tabién de violencia machista, violencia contra las mujeres,... pero de género me parece más correcto.
No voy a hacer la típica apología que se escucha en según qué debates de que también habrá hombres maltratados por sus esposas. Sí que los habrá, aunque las consecuencias no suelen ser tan graves como en el caso de ellas. Lamentablemente la fuerza física, en estos casos, también juega en nuestra contra.
Pero mis tiros no van en esa dirección, cogen un desvío. El desvío de la comunidad homosexual.
Hemos visto lo que sucede cuando una fuerza es superior a otra: imperan las leyes de la Física. ¿Y cuando dos fuerzas se igualan? ¿Qué pasa cuando es un hombre el que maltrata a otro? Pues que no nos sorprende, porque peleas de machitos ha habido, y habrá, siempre. Igual que siempre ha habido una persecución y represión contra este sector de la población, simplemente por haber elegido una opción sexual diferente. Pero es más curioso aún el asunto. También podría perseguirse a las lesbianas, pero eso parece harina de otro costal. Las descendientes de Safo encarnan el morbo, así que ¿por qué dañarlas si protagonizan nuestras fantasías?
Cuando al principio del post defendía la corrección de utilizar género en estos casos de violencia, lo hacía basándome en esto último. La violencia va dirigida a quien tiene el rol sexual asociado durante siglos a las mujeres, quienes deben dedicar su vida a complacer y servir a su hombre. Por algo era él quien se jugaba la vida cazando, ¿no? Pero oye, fíjate tú que a mí me da que hoy en día nos jugamos de igual modo la vida en la jungla de asfalto. Aunque aún quede camino por recorrer...
Con todo esto no me ha quedado muy claro si hay que celebrar algo o no. Bueno, como a mí siempre me gusta darle un toque musical a todo, celebremos que hay mentalidades que han cambiado, y que lo demuestran en canciones de ánimo para quienes se atreven a dar el paso.
Os dejo con Huecco y Hanna.
martes, 24 de noviembre de 2009
Martes. Paseo.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Nuevos aires
Si me habéis leído con cierta frecuencia, sabréis que desde hace unos meses busco trabajo. Obviamente si me hago una carrera es para ejercer de ella. Pues para el resto va a ser que no.
Lo de ser becario-precario no se lleva en lo mío, y sólo contratan a gente con experiencia. Esa experiencia la adquieres por ciencia infusa, porque de nuevas no te contratan, a menos que tengas padrino. Y yo tengo uno, pero de bautismo nada más.
He repartido currículos por doquier, y todos me los han tirado. Así que ahora busco cualquier empleo, ya ni si quiera relacionado con la docencia, que de algo hay que vivir. Oficialmente estoy inscrita en el INEM, así que la próxima vez que salga en las noticias la cifra de parados españoles podré levantar la mano diciendo "¡yo soy una!". Dudoso honor éste.
¿A alguien le vendría bien una maestrilla? :P
domingo, 15 de noviembre de 2009
¿Qué tenemos en la cabeza?
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Mafy - Dame un segundo
domingo, 8 de noviembre de 2009
Donde da la vuelta el aire
jueves, 5 de noviembre de 2009
¡Al abordaje!
Hace algo más de un mes, los informativos anunciaban el secuestro de esta embarcación española que faenaba en tierras somalíes. Por lo visto la zona es conflictiva y varios países han tenido ya problemas allí, incluida España. Aunque este no sea el único caso, sí que está siendo uno de los más largos, y por tanto, más arriesgado. Hoy se ha sabido que los piratas han hecho desembarcar a tres pescadores y los mantienen ocultos. Quieren que los dos compañeros que han pasado a disposición judicial en nuestro país sean repatriados; de no ser así, entregarán a estos pescadores a las familias de los detenidos, para que ellas hagan lo que crean conveniente. No es una alternativa alentadora.
Ésta está siendo un época controvertida en nuestro país. Están saliendo a la luz numerosos escándalos de corrupción política, inmobiliaria, espionaje, etc. Y con este panorama parece que las medidas no llegan. Cara al público, se opta por dos extremos: sanciones pomposas o mutismo generalizado. "Ssshhh, aquí no ha pasado nada", nos venden desde los diferentes gobiernos. Pero aparte de los políticos, hay un sector de profesionales que tienen una gran influencia en la gente de a pie: los periodistas. Y creedme, éstos son más listos que el hambre (¿será por eso que también tienen fama de buitres?).
Conocedoras del interés mediático de esta noticia, y hartas de que no se les ofrezcan soluciones por parte de quienes son votados en las urnas, las mujeres de los secuestrados han decidido aliarse con los medios de comunicación en su batalla por recuperar a sus maridos. Y la verdad, me parece una decisión más inteligente que viral, como podría parecer a priori. Supongo que han pensado en que cuando los mandamases vean que la gente se les echa encima y les piden explicaciones y soluciones, será cuando realmente se pongan las pilas.
Hay veces en que la diplomacia no sirve y hay que pasar a la acción. Países como Francia y Estados Unidos han recurrido al ejército (que para eso está) para atajar el problema, y a la seguridad privada para prevenirlo. No me parece mala idea que los pesqueros lleven a bordo personal de defensa cuando trabajen en aguas poco seguras.
Creo que no se está asumiendo la gravedad del asunto, y nos pensamos que estos piratas atacan con balas de goma y amenazas que no van más allá de lo verbal.
Para Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe. Admito que los habitantes de países subdesarrollados, y con grandes carestías alimenticias, educacionales y económicas, deben estar desesperados por salir de esa situación, y toman el camino que pueden, pero eso no me parece excusa para hacer oídos sordos a la desesperación de las familias que no saben qué va a ser de quienes una mañana salieron con sus redes de pesca preparadas sin saber que serían ellos quienes quedarían atrapados por ellas.
Aclaraciones:
1. No comulgo con ninguna ideología ni partido político determinado, con lo cual si critico algo es porque es contrario a mi propia ética.
2. En este link de El país podéis consultar cómo están las cosas según el Gobierno, la Oposición y una de las esposas afectadas.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
¿Dónde cenamos hoy? Paparazzi.
Mi empeño era llegar al Paparazzi, un restaurante italiano que, a pesar de pertenecer al Grupo Vips, no tiene nada que ver con lo acostumbrado en los establecimientos de esta cadena. Lo descubrí no hace mucho en una cena entre amigas y quería repetir. Qué mejor ocasión que anoche, cuando iba del brazo de un paparazzo.
El local es bastante amplio, pero acogedor. Luz tenue, música chill out (le habría dado más puntos que fueran canciones italianas, más acordes con el ambiente), personal muy atento, tonos tierra y beige en la decoración, y lo más característico: las paredes están llenas de fotografías de la primera mitad del siglo pasado.
Y la comida, ¡ay la comida! Deliciosa. Todo en la carta sonaba de vicio, y nosotros, con nuestra elección, acertamos de pleno.
Como entrantes pedimos Patatas rellenas con salmón ahumado y salsa holandesa, y Croquetas de jamón de Parma.
Y como platos fuertes elegimos Carpaccio de solomillo con láminas de parmesano y trufa, y Tortellini de trufa blanca y foie de pato y rebozuelo. Yo era un poco reacia al carpaccio, porque lo de la carne sin cocinar no me terminaba de convencer (lo mismo decía en su día del sushi), pero me encantó. Bien laminado, aderezado lo justo para no enmascarar sabores. Muy bueno, en serio. Pero lo que se llevó la palma fueron los tortellini. La trufa, el foie,… Sin palabras. Mi acompañante al probarlos dijo algo así como “he tenido orgasmos más suaves”.
Y para terminar, compartimos un postre. Una Panna cotta que hasta el momento, es la mejor que he probado. En otros restaurantes la preparan más parecida a nuestro flan en cuanto a consistencia (por la gelatina que utilizan), pero esta era cremosa, suave, contrastando a la perfección el dulzor de la nata con la acidez de la crema de frambuesas. Riquísima.
Creo que con todo lo dicho, queda implícita mi recomendación a visitar el sitio si algún día pasáis por Madrid. Yo ahora voy a ver si contacto con los responsables, que después de esta publicidad, ¡bien me merezco una invitación!