viernes, 18 de diciembre de 2009

La primera guardia

Kkkjjj... Unidad 41, ha habido un accidente en la Calle de la Fontana, envíen una ambulancia... kkkjjj.
Vamos Santi, que te vas a estrenar en una emergencia”. Hace dos días que trabajo en este hospital, y aunque sé que estoy aquí para esto, tenía la vana esperanza de que no ocurriera, que no tuviésemos que socorrer a nadie.

Cojo el jersey y me subo a la ambulancia; Jose ya está al volante, “Vamos chaval” me dice dandome una palmadita en la espalda.
Enciendo la sirena y en apenas 10 minutos estamos en nuestro destino. Es impresionante la sensación de poder y respeto que sientes cuando los coches se apartan a tu paso.
En el lugar hay un tumulto de gente yendo y viniendo, y en el centro un grupo apiñado en torno a un coche y mirando el asfalto.
Ahora nos toca a nosotros” pienso mientras me bajo del vehículo. “¡Señores, háganse a un lado! Esto no es un espectáculo. Siempre estamos igual!”. Se le notan los 8 años de experiencia que tiene Jose a sus espaldas, le tomaré como modelo mientras esté en la Unidad .

Nos abrimos paso entre la gente. Hay una chica tendida en el suelo, se ha dado un fuerte golpe en la cabeza. Su mirada, tan verde como el agua que rodea una isla tropical, está clavada en el infinito.
El chico que está arrodillado junto a ella parece conocerla, será su novio. Dos amargas lágrimas le recorren el rostro. No puede dejar de mirarla, ni siquiera es capaz de responder a las preguntas de mi compañero, a pesar de que le zarandea cogiéndole del hombro.
Pongo mi mano en su cuello, no siento nada. Maldita sea, mi estreno como enfermero no podría ser peor. Nunca estas realmente preparado para esto. Echo una última mirada al chico, en sus ojos se descubre un profundo amor hacia esta pobre chica.

Ha llegado el momento, he de ser yo quien pronuncie las palabras que él más teme y que serán las culpables del mayor dolor que se le podría infringir. Cierro los ojos de la muchacha con una suave caricia de mis dedos. “No hay nada que hacer. Ha fallecido. Lo siento”. Veo cómo se derrumba y su mundo con él. La gente se lleva las manos a la cabeza, se tapan la boca.
Vamos Santi, aquí ya no podemos hacer nada”. Menudo día he elegido para salir ala calle en mi primera guardia, pierdo mi primera paciente, y con ella dos vidas...

3 comentarios:

  1. Menudo relato.. desde luego yo no valdría para un trabajo así, no tendría el valor de sobrellevar esta serie de situaciones y acontecimientos, en este caso se habia llegado tarde pero tiene que ser aún mas duro el perder a una persona que se ha asistido viva, la conciencia no me dejaría estar en paz conmigo mismo y no dejaría de pensar si habria habido alguna solución...

    Buen relato TaniT.

    Un saludo!

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  2. guardo mi derecho de contestacion, ya que no tengo precisamente muy buena opinion de los representantes de nuestro bienestar en cuanto a lo relativo a salud (es decir, que a mas de uno le metia un par de ostias)

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  3. @Abel Hidalgo, bienvenido a La Gruta ;)
    Cada profesión tiene sus pros y sus contras, pero los contras de algunas hacen que o nazcas con el estómago y la entereza sufieciente para dedicarte a ellas, o mejor lo olvides. Ya me gustaría haber sido una de las primeras.
    Saludos!

    @Ipuruk Qué redicho eres! jejeje. La cosa es llevarme la contraria, verdad? :P
    Saludos!

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