La gruta del pirata honrado

Atchus. Atchus, atchus.
Más te vale que seas alérgico al polen porque si no la has jodido. Y ya como te suba la fiebre porque se te haya infectado una muela, una herida o lo que sea, apaga y vámonos. Vámonos al hospital, quiero decir. Y es que si sales a la calle y estornudas estoy segura de que se volverán varias caras a mirarte. La alarma social que se está creando ante la gripe porcina (o nueva, o mejicana, o como queráis llamarla, los virus son los mismos) llega a tal punto que ya no puedes ni resfriarte. Y al ambulatorio no vayas si tienes los síntomas típicos de fiebre, estornudos y dolor de garganta o malestar, porque aunque lo tuyo sea un constipado puedes contagiar a los que están en la sala de espera; mejor irse al hospital, donde si no llevabas la gripe de casa ya la coges allí.

Vale, quizá sea un poco exagerada pero es que hay cosas de risa: vienes en un vuelo desde Méjico con tu mascarilla puesta, llegas a barajas y según sales por la puerta del aeropuerto te la quitas porque ya no hay riesgo. ¿Riesgo de contagiarte o de que contagies tú?

En fin, que como es algo que nos ha pillado de nuevas pues no sabemos muy bien cómo actuar. Vosotros por si acaso tomad mucho zumito de naranja y no me salgáis desabrigados a la calle. Por si las moscas. Y si veis al carnicero con mascarilla y una cabeza de gorrino en el mostrador tenéis permiso para cagaros en sus muelas.