martes, 26 de mayo de 2009

Un buen día lo tiene cualquiera



Definitivamente hay días en que merece la pena levantarse, y

Asomarme a la ventana y notar el sol.
Dejar la ropa negra en el armario por un día.
Plantarme frente al espejo, hacerme dos coletas y no tocar el estuche de maquillaje.
Usar mi colonia más fresca.
Sofocar el calor comprando un helado de nata y chocolate.
Ver cómo se derrite y va chorreando por mi mano. Chupar golosa cada uno de mis dedos. Pícara. Inocente.
Notar los efectos del azúcar y reír, reír, reír y reír.
Dar un abrazo impetuoso, como una quinceañera, sin importar lo que piensen los demás.
Mirar sentada en un banco cómo pasa el tiempo y cómo la gente corre intentando alcanzarlo, agobiada por sus mil quehaceres.
Escuchar que en el ipod comienza a sonar una canción de mi cantante favorito, y seguirla tamborileando con los dedos sobre mi pierna.
Subir a un autobús, pegar mi cara a la ventanilla y mirar la ciudad con ojos de turista.
Sonrojarme al ver que alguien me mira más de 4 segundos seguidos. Apartar la mirada y ver que sigue ahí.
Pasear por mi mundo. Soñar despierta.
Sonreír al recordar otra sonrisa.
Y sonreír, sonreír, sonreír…

1 comentario:

  1. Sonreir... eso que nunca falte. ¡Da más vida que un paquete aspirinas!

    ResponderEliminar