domingo, 25 de octubre de 2009

¡Hemos sobrevivido!

La semana pasada estuvo en Madrid una de mis mejores amigas, que a primeros de año se fue a vivir cerca de París. Aparte de los reencuentros con familia y amigos aprovechó para solucionar papeleo de la Seguridad Social y tal. ¡En buena hora lo hizo!
La chica tenía que renovar las tarjetas sanitarias europea y madrileña. Cuál fue su sorpresa cuando le dicen que está dada de baja, que no tiene cobertura sanitaria.
De un tiempo a esta parte se está dando de baja a la gente que lleva más de 2 meses sin trabajar. Teniendo en cuenta la tasa actual de paro en España, eso supone la baja de un número considerable de afiliados.
Para esta chica la jodienda ha sido grande, puesto que ha tenido que pagar de su bolsillo las visitas al médico en Francia, cuando ella contaba con tener cobertura desde España. Pero de los males ha sido el menor, ya que según me dijo, en Francia 1 noche de ingreso hospitalario son 500€ (aquí no tengo idea).

Yo llevo sin trabajar casi 1 año. Bueno, trabajando sí, pero sin contrato. Formo parte de la economía sumergida. No me apedreéis, por favor, que tendré que romper el cerdito para pagar los costes médicos.
Al ver que yo estaba en la misma situación burocrática que ella, y aunque en estos meses nunca me han puesto pegas en el ambulatorio, me acerqué a preguntarles qué pasaba conmigo.
En el mostrador estábamos 3 veinteañeros preguntando exactamente lo mismo, y recibiendo idéntica respuesta. Tenemos que volver a ser beneficiarios de nuestros padres.

Es curioso que nos esté pasando a todos lo mismo. A ver, no me voy a poner a protestar porque entiendo que es una medida justa. Viendo el panorama, iba a llegar un momento en el que el número de afiliados beneficiándose de la cobertura de la seguridad social sin cotizar, iba a superar al de trabajadores que pagan impuestos. Yo entiendo que eso no es justo, pero digo yo que se podía haber enviado una carta o haber puesto carteles informativos en los centros sanitarios, ¿no? Porque no es normal que ninguno estuviésemos al tanto.


Pero bueno, como sólo había una solución, pues me conciencié de que tenía que recorrerme yo también las oficinas y hacer los trámites necesarios. Me informé de qué documentos tenía que llevar, para no hacer viajes en balde y ahí surgió el primer problema. Hay que presentar el Libro de familia. Busca tú dónde está el librito que no se ha tocado desde hace más de 20 años... Nada, misión imposible, así que viaje al Registro Civil y a esperar los días que tardan en prepararlo.

Mientras tanto, cruzando los dedos para no ponerme mala. Para lo que me sirvió... A los 2 días me pongo malísima. Sicosis a mi alrededor temiéndose que fuera la Gripe A. ¡Y yo sin poder ir al médico!
Cuando me aventuré a ir al ambulatorio me sentía como una ilegal, una sin papeles...
Tuve suerte y primó mi mala cara y los ojos de pánico de la auxiliar al explicarle lo que me pasaba. Me habría dado la mascarilla con unas pinzas con tal de no tener que acercarse, la pobre.
Al final no era la famosa gripe, y ya estoy recuperándome, pero el susto y la incertidumbre de no saber qué iba a pasar conmigo al no tener cobertura, no nos lo quita nadie.

Lo mejor de todo es que ¡he sobrevivido! A la supuesta H1N1 y a las trampas burocráticas. Ahora vuelvo a estar al cargo de papi y mami en lo que a sanidad se refiere...

7 comentarios:

  1. Caray, la influenza nos ha vuelto mas paranoicos en todas partes del mundo.

    Gracias por tu comentario en mi blog, lamento que haya sido en un tema que deja una sensación de asco...

    Saludos!

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  2. ¿Y si nuestros padres estuviesen en paro?
    (Toquemos madera; mi pata de palo, por ejemplo) P-P
    ¿Tendrían que ser beneficiarios de los abuelos a su vez?

    ¿Nosotros seríamos beneficiarios en última instancia de nuestros abuelos?

    Es una duda que tengo enquistada tras la lectura.

    Besos. ;)

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  3. Pues me temo que en ese caso, Joe estaríamos jodidos. Que alguien entendido me corrija si me equivoco, pero no se puede ser beneficiario de un jubilado. Yo me he librado por un par de años.
    Dale un par de toques de mi parte a tu pata de palo, anda P-)

    Un beso!

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  4. perdon, mi no entender
    ejemplo:
    si tus padres y tu trabajan sin que les den benefios de ley, y viven al dia.
    si se enferman, se mueren...?
    :S:S

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  5. Mmmm a ver si te lo sé explicar, anita.

    Aquí en España la sanidad es pública (aunque luego algunas personas tengan también seguro provado) gracias a que todos los años, a los trabajadores se les cobra un impuesto destinado a ella, en función de sus ingresos.
    El problema está en que de un tiempo a esta parte el número de desmpleados a subido mucho, con lo que hay menos bolsillos de los que sacar dinero y más gente a la que atender sin que aporten dinero. Ahí está el problema, en la descompensación.

    Lo que a mí me daba rabia, por ejemplo, era que sin saberlo, porque nadie me había informado, yo no tenía cobertura social, a pesar de que mis padres llevan pagando la sanidad con sus impuestos más de 40 años...

    No sé si te lo he sabido explicar :P

    Besos!!

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  6. jeje sip chica, ya lo habias expuesto muy bien desde el principio:D
    mi pregunta era, que pasa ahora en españa con toda la gente que trabaja en lo que encuentra,sin soñar con tener trabajo formal(de donde quitar el impuesto). si los padres estan igual, trabajando informalmente(con suerte),que hacen en caso de enfermedad??

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  7. Aaah vale, perdona :P . Dices cuando padres e hijos trabajan sin contrato o directamente no trabajan, ¿no? Pues el que sea creyente a rezar mucho, que me temo que va a ser la solución que le quede :S
    Hombre, si están apuntados en el INEM (Instituto Nacional de Empleo) seguirán teniendo cobertura, pero no sé si hay un tiempo limitado.
    La verdad es que las perspectivas no pintan muy bien :S

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